Sobre la libertad, los matices y Zorzalito





Este post va a ser un poco diferente a lo que vengo escribiendo en el blog, pero igualmente al ser tan nuevito no tiene una identidad tan marcada, así que supongo que no importa.
Me baso en la iniciativa de Aylu y Pupii "Bloggers filosóficos", cuya idea es la de elegir un tema cualquiera y reflexionar sobre él, ¡y qué época esta para reflexionar!
Se me habían pasado muchos temas por la cabeza hasta hace un par de días, pero no sentía ganas de escribir sobre ninguno, pero algo cambió. Desde el miércoles tenemos un huésped en casa, un huésped alado, que pía y come diariamente su peso en miguitas, leche y nestum.
El otro día salíamos con mi novio a hacer unas compras y ahí estaba Zorzalito, tratando de escaparse de las manos de un hombre que solo quería ayudarlo para que volviera a su nido y no se fuera a la calle, muy transitada. Mi novio lo ayudó y pudo agarrarlo, pero del nido, ni noticias. El árbol que tenemos en la vereda llega ya casi a los cuatro pisos, es un fresno fornido que ya tiene diecisiete o dieciocho años. Lo plantamos cuando yo era chica, lo trajimos en auto, así de chiquito era cuando lo plantamos.  Volviendo al ave, como no hubo forma de localizar el nidito, decidimos ver si lo podíamos dejar en el árbol desde nuestro balcón en el tercer piso, pero el pichón apenas aleteaba, así que decidimos cuidarlo hasta que se haga más fuerte.



No fue fácil el primer día. No puedo contarles la angustia que me dio tener que ponerlo en una cajita, privarlo de su libertad, pensar en el miedo que debía sentir, tan chiquitito, sin su mamá, rodeado de animales raros que lo atraparon y lo llevaron lejos de ella. Lo puse en el alfeizar de mi ventana, cerca del árbol y cuando empezó a piar llegó su mamá. No se atrevió a acercarse al balcón, pero al menos lo ubicó y supo dónde estaba.
A la mañana siguiente, cerré mi habitación y lo dejé libre ahí dentro. Zorzalito se ubicó en el alfeizar y empezó a piar llamando a su mamá... y la mamá apareció, una vez más. Creo que no se veían, pero se comunicaban. La mamá esta vez se ubicó en la reja del balcón, muy valerosa. Zorzalito seguía intentando escaparse, pero lamentablemente no remontaba vuelo. No le augurábamos un buen fin dejándolo intentar volar hacia el árbol en un tercer piso. Si se cayó del nidito (que probablemente estaba  más bajo) podría volver a caerse y esta vez la caída podría ser fatal. ¡Qué situación!
Bueno, decidimos seguirlo cuidando hasta que se fortalezca. El segundo día empezó a comer ¡y cómo!, al poco tiempo también empezó a tomar agua, a saltar por ahí, a posarse en la mano (y una vez ¡hasta en mi cabeza!, ¡ave atrevida!).
Amo a los animales, no me gusta verlos sufrir y me pone muy triste, en especial, ver aves en jaulas, privadas de su libertad, de la que considero una de las habilidades más maravillosas en el reino animal: poder volar. La libertad es algo tan bello, que su violación me resulta imperdonable. y acá es donde entra la filosofía: ¿qué derecho tengo yo de decidir sobre la vida de Zorzalito? Lo rescatamos para evitarle males mayores, pero no dejan de ser males consecuencia de la naturaleza, ¿estoy siendo egoísta al querer cuidarlo y verlo bien, pero alejándolo de su mamá, aunque ella no pueda ayudarlo de ninguna manera?
Todas estas preguntas y muchas más pasan por mi cabeza cada vez que lo veo, le doy de comer, se posa sobre mis dedos y me pía, pidiendo más comida. Me doy cuenta de que el amor y la ternura pueden nacer de uno así, sin más, en un segundo. Nunca había reconocido en mí instintos maternales, ni sé si la necesidad incontrolable de cuidar a Zorzalito es eso, pero seguro se le acerca mucho. Los instintos son muy locos; el mismo instinto que hace que yo quiera cuidar a Zorzalito hasta que pueda volar o al menos subir a su nidito es el mismo que tiene su mamá, que viene a verlo cada día para intentar ayudarlo a escapar de su captora.  
También me resultó interesante (cuando me di cuenta) cómo quise desligar inmediatamente la decisión de cuidarlo o liberarlo, pasarle la responsabilidad a mi viejo, y la decepción que me llevé cuando ni él sabía que hacer. ¡Cuántas veces creemos que nuestros viejos son infalibles! Y a veces ellos tampoco saben qué hacer, dudan, le dan vueltas al tema, se arrepienten, y se equivocan también (espero que menos que nosotros) pero al fin y al cabo, todos tratamos de hacer lo que creemos que es mejor en un momento dado y en una situación determinada.
No existen respuestas para todo, la vida es un sinfín de sentimientos pero la mayoría no son ni blancos ni negros, sino grises. Lo que me queda claro es que hay que aferrarse fuerte a esas experiencias que te permiten conocer un matiz nuevo de la vida. Esta experiencia en la que soy niñera de Zorzalito es una de ellas.
Espero poder contarles dentro de unos días o semanas una historia con un final muy feliz.

¡Felices fiestas!

3 comentarios :

  1. Hola..me encanto...yo una vez tuve un pajarito y lo cuide y al otro día murió porque estaba muy débil. Creo que debes cuidarlo y darle lo mejor, así después puede ir a volar con su madre a donde quiera. Estas estudiando diseño gráfico? qué genial...estoy emocionada por empezar yo..empiezo el año que viene (super feliz) Miles de saludos

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  2. ¡Hola! ¡Excelente entrada! Acá en mi casa tenemos palmeras llenas de palomas y sus hijitos y uff, las veces que se caen y las agarran los perros... :( Pero no podemos salvarlas siempre. Ese zorzal tuvo mucha suerte.
    Saludos y Felicidades!

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  3. Me emocioné muchísimo con tu reflexión y todo lo que nos contaste...
    Desde mi punto de vista, hiciste bien ayudar al pichoncito. No me gustaría pensar qué hubiera pasado si no lo hubieras encontrado! Creo que llegaste en el momento indicado y esta experiencia es una lección de vida<3.
    Fuiste egoísta e interviniste para prevenir una tragedia, sí. Ayudaste a ese pichón.
    Ojalá pronto pueda volar y pueda irse con su mamá o ser independiente... pero libre.
    Qué lindo es lo que hiciste, qué hermoso que apuestes por la libertad y el bienestar de los animales. Si todos los humanos fueramos así, viviríamos en armonía junto a ellos y eso sería lo más hermoso :)
    TE FELICITO!
    Amé tu entrada y tu reflexión<3

    Mil pero mil gracias por haber participado en la iniciativa! Fue un honor leerte!
    Espero noticias del bebé :)

    Feliz año!
    Aylu.

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